El reto de las dos ruedas

Lima, 9 de noviembre de 2014.

"TODO LO QUE NO SE INTENTA SIGUE SIENDO IMPOSIBLE". Con esta frase inicié la mañana y me motivó, empujándome a hacer algo que había postergado por años. Confieso que amis 29 años no sabía manejar bicicleta y todo a causa de un accidente que tuve en la infancia.     

Hace muchos años fui con toda mi familia a la localidad de Barbablanca en el distrito de Callahuanca, era una invitación en casa de unos parientes a celebrar la Bajada de Reyes. Mientras que los adultos estaban en plena fiesta, los niños jugábamos, correteando en las estrechas calles y jardines, cuando de repente un ciclista venia directo a mi y perdiendo el control del vehículo me arrolló, quedando yo tendido sobre la grama y con el rostro ensangrentado por un corte en la mejilla.

Desde entonces tuve pavor a las bicicletas, siempre negándome a montarme en una. Para mi los fines de semana eran bastante incómodos porque mis hermanos y mi prima salían en sus bicicletas y yo  no podía seguirlos. Con los años pasó igual con mis amigos que siempre me invitaban a dar paseos en bicicleta y yo me libraba inventando cualquier excusa para evitar que se enteren sobre mi miedo a las bicicletas. 

A principios de este año sentí las ganas de vencer ese miedo y no pude, fue recién hace algunas semanas que estuve disfrutando de unos días maravillosos en la ciudad de Arequipa, que mi compañero me dijo "Si supieras andar en bici hubiésemos hecho un bonito recorrido por la ciudad y alrededores" ¡vaya! eso fue como recibir una bofetada. 

Hoy desperté con esta frase en la cabeza "TODO LO QUE NO SE INTENTA SIGUE SIENDO IMPOSIBLE" así que después de desayunar le dije a mi hermano "levántate y vamos, hoy si o si aprendo a andar en bicicleta". Fuimos al parque central de Chosica, rentamos nuestras respectivas bicicletas y comenzamos con la intentona de no caer, de no hacer espectáculo. De repente se me ocurrió ir a una calle con empinada pendiente y fue ahí que con la velocidad logre la estabilidad y equilibrio deseados, cuando cogí más velocidad me eché a pedalear y ya estaba todo logrado.

En menos de una hora aprendí a manejar una bicicleta, tuve las ganas de hacerlo y lo logré.

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