Aquel mar morado...
En octubre las calles de Lima se impregnan del humo de
las velas, el aroma a incienso y flores que van acompañados del fervor de todo un pueblo en uno de los acontecimientos religiosos más multitudinarios del mundo.
El sonar de la campanilla que el capataz mayor golpea da la señal para que los cargadores eleven el anda del Señor de los Milagros, tan pesada, de casi dos toneladas de oro, plata y fina madera que con fe es alzada en hombros de la cuadrilla que con total devoción llevan al Cristo de Pachacamilla en procesión. En ese momento la efigie se muestra a toda la gente que eleva sus manos hacia la imagen implorando misericordia, bendición. Aquella imagen conmueve, no tardan en oírse sollozos y ver a la gente enjugar sus lágrimas de emoción.
De repente se oye la potente voz de una morena entonando "Glorifiquemos al Señor..." y es seguida por un coro de mujeres que
responden al unísono "Hoy te adoramos Señor, Alabemos al Señor...". Así
expresan sus más íntimos sentimientos al Salvador, en sus cánticos se
lamentan, lloran la agonía del hijo de Dios. Aquel canto de alabanza se oye en
toda la calle llegando a todos y conmoviendo al más frío corazón. Delante de
las cantoras están las sahumadoras, mujeres ataviadas con blanca mantilla que portando barrocos sahumerios van perfumando el camino de Cristo con el aroma del
incienso que se eleva al cielo como una plegaria, aroma de adoración divina que en todos rumbos anuncia
la cercanía de la procesión.
Todos caminan con la mirada vuelta hacia el Señor, absortos, algunos de rodillas en sublime penitencia frente al Cristo de Pachacamilla, otros siguen a la
multitud guiados por una fuerza que es superior a su voluntad. Desde los
balcones arrojan blancas flores y papel picado. Mujeres lloran y ajustan
retratos, fotografías e imágenes contra su pecho en fervoroso éxtasis. La gente
se atropella, chilla y grita; canta y solloza. Al igual que un mar encrespado
la muchedumbre va en diversas direcciones.
Tras aquel mar humano y a los lados de las calles
vendedores de escapularios, rosarios, milagritos y cuanto artículo religioso
exista hacen su “agosto” en pleno mes de octubre, las picaroneras, anticucheras
y mazamorreras lanzan sus pregones al aire impregnado de fervor que rivalizan
con las sirenas de las ambulancias o patrullas que resguardan tal
acontecimiento. La banda de músicos interpreta solemnes himnos procesionales que en lugar de rivalizar con la voz de las cantoras, se complementan en una sola canción. Gente de todo lugar y clase social se encuentra en torno al
Señor de los Milagros para convertirse en uno solo y perderse en esa inmensidad
morada, aquel mar morado que es la procesión.
Fotos: "Fotos Cofrades"
Cari.. Aquí es día de Muertos, una celebración también muy importante.
ResponderBorrarA mi me resulta muy interesante la forma en como celebran el Día de Muertos. Aquí en Lima el mes de octubre es el mes morado (porque los hábitos que usa la gente es de ese color) dedicado al Señor de los Milagros que sale en procesión tres veces al mes. La fecha principal es el 28 de octubre día en que la imagen salió por primera vez en procesión el 28 de octubre de 1746 día en que Lima y el callao fueron afectadas por un terremoto y tsunami.
BorrarEste año me topé con la pocesión en el Jiron De la Union y tuve muy cerca al Señor, vaya que te dan muchos sentimientos...
ResponderBorrarUn abrazo.
Es cierto yo era incrédulo de esa sensación, peor cuando tuve a la imagen frente a mi wow lo que experimente fue maravilloso.
BorrarUn fuerte abrazo!
El año pasado me tocó cubrir la salida del señor de los milagros, demasiada gente, calor (justo ese dia salió el sol) estabamos en la plaza de armas y tuve que grabar un poco de todo ese barullo, realmente hay que tenerle mu hca fe para acompañar a la imagen y no sentir molestia por hacerlo
ResponderBorrarDe verdad es algo que requiere mucha voluntad y fe. Como muchos dicen en la procesión se va a pagar las culpas jajaja.
BorrarUn fuerte abrazo!
Yo también soy devota del Señor de los Milagros. Mi mami me consagró a él, no sé si sea correcto el término, así me dijo ella, lo hizo cuando tenía 8 meses y por una meningitis casi me muero. Todos los octubres hasta los diez años, me ponían el hábito morado, a mí me gustaba n_n
ResponderBorrarBesito :)
Hola Mina "Consagró" está bien dicho :) este año vi a muchos niños pequeños con sus hábitos la verdad que se les ve tan lindos que no pude evitar las sonrisas.
BorrarUn fuerte abrazo!
No pude verlo, pero es impresionante.
ResponderBorrarEs muy milagroso... yo soy devota también. Así como de muchos Santos.
Un besote!