Aquella extraña mirada
Lima, un día del mes de junio de 2011.
Terminado el programa de radio Franco y Carmen me propusieron ir al chifa de siempre, a nuestro punto de encuentro en la residencial San Felipe, en el distrito de Jesús María, para disfrutar de la buena comida y comentar lo bien que nos estaba yendo con el programa. La cena prometía, pero no imaginé lo que estaba por suceder.
Terminado el programa de radio Franco y Carmen me propusieron ir al chifa de siempre, a nuestro punto de encuentro en la residencial San Felipe, en el distrito de Jesús María, para disfrutar de la buena comida y comentar lo bien que nos estaba yendo con el programa. La cena prometía, pero no imaginé lo que estaba por suceder.
Su intensa mirada me perturbó, rompió mi tranquilidad. Cada
segundo me sumía en confusión. Aquellos ojos de penetrante mirada dominaron mi ser. Me hallaba
vulnerable como un indefenso venado ante la habilidad del cazador. Mis latidos
se aceleraban y perdí toda concentración dejando de lado la conversación que
sostenía, dejé de formar parte de esa plática que se oía cada vez lejana, ajena
a lo que experimenté en ese momento.
Su mirada misteriosa y cautivante me desconcertó, no pude evitar
mirarlo directamente y pese a los varios metros de distancia que nos separaban
vi aquellos ojos azabache intenso en medio del blanco impecable del globo
ocular, custodiado por largas pestañas, atentas a prohibir que un cuerpo
extraño dañe o ensucie su mirada. Sobre sus párpados las cejas medianamente
pobladas en sus confines apuntaban hacia su calva y brillante cabeza, en medio
de aquellas ventanas que eran sus ojos una autoritaria y fina nariz reposaba
sobre el bigote de una barba finamente recortada, la palidez de su piel no era
tosca sino natural, sus movimientos eran discretos, comía de manera elegante,
con el sigilo y fino movimiento de un felino.
Ante todo eso, una mezcla de miedo y curiosidad entraron en mi
mente, la energía que emanaba de él era muy fuerte y no inspiraba nada bueno,
aquello venía directamente contra mí y sentí que en su ser se libraba una lucha
interminable entre el bien y el mal, no iba a doblegarme a su fuerte energía;
lo vi muchas veces en mis pesadillas, como aun ser oscuro y sin rostro, en aquellos sueños más extraños y ahora
lo tengo frente a mí, ésta vez el miedo no me gobernará, sé que percibió mi
desafiante actitud, aquel apuesto caballero que pretendió invadirme y dañarme
con aquella extraña mirada, al sentir mi fuerza huyó del lugar. No imaginan la
tranquilidad y paz que experimenté.
En la vida solo me ha pasado una cosa similar es medio escalofriante e intrigante, es como competir a las miradas con un gato (ellos siempre ganan jejé ) buena entrada !! Saludos!
ResponderBorrarGracias. En realidad fue una experiencia bastante extraña. En realidad ya lo había visto antes.
BorrarPues podrias haber dicho una jaculatoria... (Dios mío ven en mi auxilio............
ResponderBorrarEn realidad lo pensé pero esta petrificado :S
BorrarHe vivido cada una de las palabras que describes....
ResponderBorrarSiempre los miedos estarán ahí, solo hay que sacar la espada y enfrentarlos!
Beso!
Es verdad siempre hay que enfrentarlos. Un fuerte abrazo!
BorrarDiosito siempre está contigo, nada debes temer :)
ResponderBorrarEs oes cierto Mina en todo momento Diosito está con nosotros. Besote!
Borrar¿era un choro?
ResponderBorrarno sé me perdí en la descripción y no capté q era
Jajajaj No, no era un choro, era una de esas cosas que ano se pueden explicar. Ya lo había visto antes en pesadillas.
Borrar¿Un ex? Es lo que puedo imaginar, eso es lo que a mí me hubiera pasado si así fuera creo
ResponderBorrarEn realidad no era un ex ni nada por le estilo. Era algo de eso que llamamos paranormal.
BorrarZaz que fuerte, me pasa mucho cari... a veces siento, percibo veo cosas que me asustan... lo peor es cuando me asusto de mi mismo.
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